Alguna vez le dijeron que para salir de cualquier laberinto, siempre fuera por la derecha, así saldría irremediablemente. Pero en varias ocasiones perdió la brújula. Durante años estuvo metido ahí. En ese laberinto. Mental, por supuesto, pero laberinto al fin.
Preguntarse ya no era opción. Sólo caminó sin parar. Caminó viviendo experiencias que jamás pensó volver a vivir. Pero en el siguiente laberinto, repetía de memoria sus decisiones. Izquierda, derecha, atrás, adelante...
¿Y tú, cuántos laberintos has recorrido?
1 comentario:
De pequeña me gustaba dibujar laberintos. Después me gusto crearlos y elegía las rutas mas largas y complicadas para llegar a un punto elegido desde antes. Ahora, disfruto y aprendo en el camino. Eso es lo más importante para mi =).
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