Hace unos días falleció mi bisabuela. Dolores, 95 años. Ella es parte de mi historia a pesar de que la conocí y jamás la volví a ver. Quizá de ella aprendí que la vida es para vivirse hoy. Para estar feliz con lo que tenemos, con lo que hemos logrado. Con lo que hemos cosechado. Claro, eso si sembramos algo. La vida y la muerte. El blanco y el negro. Las infinitas posibilidades como siempre.
Esta vida nos da mucho y tenemos que valorarlo.
Ser fruto de la naturaleza, de la vida, es motivante para cualquiera. y estar vivo es lo que cuenta. Para alguos la rutina borra la sonrisa que un día soleado puede dar. Para otros, el cantar de los pájaros y el sonido de una melodía la regresa.
Gracias a esta vida que nos da motivos para vivirla a plenitud. Hoy también, soy feliz.
