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martes, agosto 03, 2010

Diez minutos

Cada que me ponìa a pensar por la tarde. No siempre en tardes lluviosas. Escribía en los viejos cuadernos. En las hojas que por tantos años guardé. Ya estaban amarillas. Tantas ideas acerca de ti. Tantos bellos recuerdos de ti. Tanto amor que por ti sentí.




Diez minutos eran suficientes para pedirle inspiración al viento y lograr hacer rimar el mirar sobre la ventana. El establecer relaciones entre palabras era muy sencillo. Era desestresante e invaluablemente terapéutico.



Diez minutos podía durar la ducha, podía durar un orgasmo.



Tan sólo diez minutos.



¡¿Y tú qué harías en diez minutos?!