La vida nos enseña a tomar decisiones. De eso no hay duda. Entre lo dulce y lo salado, por mencionar una. O entre el príncipe azul y el padre de tus hijos.
Hoy dedico este post al proceso de lectura.
Cada libro que cae en nuestras manos es un mundo. Para empezar, el del autor. Que no siempre vive en nuestro país o nuestro tiempo.
A pesar de esa distancia un libro nos lleva a un viaje inmenso. Inconmensurable diría yo. De esos viajes que te marcan para toda la vida. A mi me sucede que cada que un libro me engancha. Lo leo apasionadamente. Lo devoro. Aquel libro que no me atrape desde su primera oración lo dejo pasar. Los de lectura obligatoria no cuentan.
Cuentan los libros que llevas contigo en la mochila, los que recomiendas, los que regalas, los que te hacen llorar.
Las librerías de viejo son una buena opción para encontrar ciertos tesoros.
Un libro te cambia la vida y hace que hoy no sea ingual que ayer. A veces mi memoria "recuerda" ciertas frases, ciertos pasajes de los que surge deja vú.
El libro también es el mejor amigo del hombre, ¿dónde lo habré leído?
