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jueves, marzo 18, 2010

EL SOL Y LA LUNA: UNA ESTRELLA

Cada vez que ocurre la magia de estar en compañìa de un ser querido, percibo que el tiempo desaparece. Se eliminan sus límites. No hay bordes, exigencias, preocupaciones. Ni existen lamentaciones. Este día estoy frente al mar, acompañadp del Sol. Este Sol humano que ilumina, de un tiempo a este actual mi camino. Un camino lleno de obsáculos y sinsabores. Un camino difícil. SIn embargo (y pese a que existen villanos en mi historia), las características de un sol de todos colores me acompañan día tras día. Especialmente cuando en mi mente muchas cosas se opacan; se oscurecen, se desploman. Como si un un terremoto emocional hubiera llegado... hubiera desconectado las sinapsis anteriores. Este Ssol fortalece, al igual que la Luna.



Mis confesiones acentúan la fragilidad. Una vez más. Día tras día; hora tras hora reaparecen los fantasmas de un pasado que sin ser trágico porque en realidad no lo es, asustan; espantan; dan miedo; me aterran... Fantasmas que son reales y quizá irreales. Fantasmas que por suerte puedo lograr que desaparezcan, que se esfumen... Ahora localizo un punto en el cielo profundo. ¡Allí hay una estrella! Y me recuerda que tengo luz propia. A pesar de que es reflejo de una luz más grande. Esa luz propia es mi felicidad. Es el gran don divino que el universo me ha dado para descubrir. El sol y la luna; una estrella que vive en ese mismo espacio. Ya no soy territorial. Ya no exijo brillar más. Ahora sé que los astros como yo viven una historia. Observando desde una ventana distinta. Desde sueños y deseos distintos. El cielo y el viento forman parte de la vida, de nuestra vida.



Siempre acompñándonos, siempre allí. Pasa el tiempo pero vivir es infinito. Vivir es eternidad. En episodios y con personajes protegónicos distintos. Pero es meta y es urgente entender que cada uno vive la vida de forma distinta. Hay que examinar nuestros anhelos y valorar lo que tenemos alrededor. Esto lo sé, hoy que me veo; hoy que me observo, hoy que escribo desde un hospital. Desde un lugar donde ya no no saldrñe y donde el sol y la luna, una estrella, serán mi guía, mi compáñía, desde este momento y hasta el final de mis días.